Todo cambio en las tecnologías de la escritura tiene consecuencias en las prácticas sociales. Eso ocurrió a lo largo de la historia. En épocas recientes, las máquinas de escribir, mucho antes de las
computadoras, hicieron retroceder la escritura manuscrita hacia usos más privados. En la medida en que la escritura pública se realizaba a través de un teclado, el aprecio social hacia la caligrafía
disminuyó drásticamente. Las máquinas de escribir nunca entraron en el ámbito escolar, excepto en escuelas técnicas de nivel secundario donde “mecanografía” o “dactilografía” se aprendían como parte de un oficio secretarial. La escuela desaprovechó la oportunidad de introducir al teclado –un nuevo instrumento de escritura— y actualmente se enfrenta, con dificultades, al teclado de las computadoras (igual al anterior pero con teclas suplementarias). La relación de la institución escolar con las tecnologías emergentes ha sido siempre problemática. Recordemos, para no ir muy lejos, las desconfianzas y debates que en su momento produjeron los bolígrafos, instrumentos que hacían obsoletos los tinteros de las bancas escolares pero que, según se decía entonces, iban a “arruinar la letra” de los escolares. Batalla perdida de antemano: el bolígrafo tenía virtudes innegables con respecto a la pluma metálica y acabó por imponerse, mientras que la noción de “escritura legible” sustituía a la “bella caligrafía”
Emilia Ferreiro
Emilia Ferreiro analiza la preocupación de padres y docentes por las
abreviaturas utilizadas por los jóvenes en los soportes electrónicos actuales.
Pero afirma que el uso de abreviaturas es antiquísimo y de hecho, los
adultos las utilizamos permanentemente.
La abreviaturas no tiene reglas homogéneas, por ejemplo: Dr.(doctor)
se constituye con la primera y la última letra de la palabra.
LicTel.(licenciado, teléfono) utilizan las tres primeras letras (abreviatura
por suspensión). Dpto (departamento), utiliza las dos primeras consonantes y la
última sílaba completa (ejemplo de las llamadas abreviaturas por contracción,
donde se suelen privilegiar las consonantes).También es común utilizar números
y letras en las abreviaturas, por ejemplo salu2 (saludos), 5mentarios (sin
comentarios), 12 (docentes)entes, 100pre (siempre)
En nuestro país los avisos clasificados de los diarios aumentan su valor a
mayor cantidad de palabras, y es muy común encontrar distintos tipos de
abreviaturas en estos avisos para disminuir su costo. Es común Abreviar incluso
oralmente, donde por lo general se acorta la palabra, donde la
acentuación de la palabra no se conserva, y en muchos casos se terminan
consolidando en la escritura, expo, por ejemplo
promo, y con
respecto a esto la autora aclara “En realidad, la idea
que uno puede hacerse de la escritura varía considerablemente según se
relacione con lo oral anterior que ella debe representar o con lo oral
posterior que ella tiene la misión de suscitar. En el esquema [oral1 -->
escritura --> oral 2] la escritura se encuentra entre dos funciones: la de
ser un análisis de lo oral1, o la de dar los medios para producir lo oral2;
ahora bien, se pueden dar esos medios sin pasar por un análisis detallado de lo
oral1, y si las consideraciones prácticas se imponen a las consideraciones
científicas, el ideal fonográfico ya no tiene sentido”.
Con respecto a
los miedos de padre y docentes la autora plantea “Si escriben
frecuentemente de esta manera, ya no sabrán escribir de la manera convencional?
Me parece un temor poco fundado. Hace poco la queja reiterada era que los
jóvenes no escribían. Ahora escriben, pero no como quisiéramos... De hecho, el
aprendizaje de la lengua escrita incluye el aprendizaje de las condiciones
pragmáticas de su uso. Hay que aprender a redactar cartas formales y también
hay que aprender a desprenderse de la formalidad para redactar una carta íntima
o una redacción de un pedido a la autoridad no puede ser el mismo que el de un
pedido hecho a la persona más querida del entorno. Quitándole dramatismo al
tema, ya que las abreviaturas han sido usadas desde la edad media.
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